Habitar el mundo, a través de la arquitectura, y nuestra relación con el paisaje es lo que se propone investigar este ensayo de la arquitecta Marta Llorente (Gerona, 1957). La luz, la luz entendida a través del espacio, y cómo esta moldea nuestra percepción e, incluso, nuestra cultura; el lenguaje que se nutre de esas imágenes… En fin, Llorente traza, centrándose en la arquitectura, toda una contrahistoria de las artes figurativas y plásticas a través del color.
Incluso nos encontramos con consideraciones de carácter espiritual y religioso; y además, ¡por qué no!, con consideraciones de tipo cósmico. La luz, en definitiva, lo atraviesa todo, y Llorente trata de orientarnos en ella. Publica, por cierto, La Huerta Grande.